La historia tiene luces y sombras. No se trata sólo de denunciar lo que a nuestro juicio se hizo mal, sino aprender del pasado para no volver a cometer los mismos errores. Y percibo al libro de Eduardo Barraza como una interpelación a todos los chilenos, especialmente a los historiadores que contribuyeron a instalar el mito, problematizando su discurso, al seguir las huellas de sus mitos y los contra-mitos develados respecto de cómo fuimos construyendo una identidad que hoy están siendo fuertemente cuestionada.
Los pueblos originarios hoy recogen esas voces, las propias que se pueden encontrar en las crónicas y documentos de archivos, mal traducidas tal vez, y también la de quienes asumieron la identidad nacional, pero que fueron capaces de observar y denunciar lo que ocurría cuando la cruzada contra la barbarie se convirtió en una de las páginas más oscuras de nuestro pasado. (Jorge Pinto Rodríguez)